CAE EL PRIMER PAÍS DE LA “OTAN”
Crnl. Mario R.
Pazmiño S.
América Latina es un continente que se debate entre la
inestabilidad política y social, donde el populismo y los discursos
antiimperialistas cobran fuerza constantemente. En nuestros países, los
antecedentes de los caudillos no importan, sino lo que ofrezcan, aunque sean
cosas inalcanzables. Y el espejismo electoral está ligado a otro factor de
inestabilidad como es el crimen organizado, que aprovecha la falta de cultura
política, penetra las campañas electorales y compra las conciencias de los
futuros dirigentes y funcionarios públicos.
Desde el Tapón de Darién hasta la Patagonia, cada país a lo
largo de su historia ha sido presa de una corriente ideológica que se nutre de
la ignorancia de los pueblos y que ha conquistado territorios desde 1993,
cuando fundaron el Foro de Sao Paulo, que impulsa como ideología el socialismo
del siglo XXI, planteado por Heinz Dieterich.
Colombia, con su guerra interna e infectada por el
narcotráfico y crimen organizado, siempre fue visto como la “joya de la
corona”, el objetivo a alcanzar por parte de las organizaciones del radicalismo
socialista de la región, ya que al ser el socio estratégico de los Estados
Unidos y el primer país de Sudamérica en ser integrante de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN), tiene un valor estratégico avanzado. Sin
embargo, dada la soberbia norteamericana, que nunca regresó a ver su patio
trasero, hoy la pone en riesgo con la elección presidencial de Gustavo Petro,
un exguerrillero.
El crimen organizado con sus alfiles, el narcotráfico y los
grupos narcoguerrilleros han puesto en jaque mate a la débil democracia
colombiana y a cualquier posibilidad regional de retornar a la libertad. El totalitarismo y el socialismo serán desde
hoy la línea de acción de la región. Los incautos electores colombianos verán
en poco tiempo cómo sus condiciones de vida se deploran. Con su decisión han
tomado el ejemplo de otras sociedades que creyeron en los cantos de sirena del socialismo
como Cuba, Nicaragua, Venezuela, Argentina, Bolivia, Chile.
Ecuador tampoco será la excepción. Seguirá la misma ruta porque el gobernante no supo aprovechar la oportunidad que le dio el pueblo para cambiar la historia y vencer al socialismo. Prefirió hacer favores a sus antiguos enemigos, quienes sabiamente engatusaron a un presidente sin experiencia. La partida de ajedrez por la democracia sigue para Ecuador, sin embargo, el adversario es el único que sigue atacando, mientras nuestro presidente está abandonando la partida.
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