martes, 18 de enero de 2022

 

Ecuador autopista para el tráfico de armas.

Crnl. Mario R. Pazmiño S.

La delincuencia organizada se ha incrementado en nuestro país y las autoridades no logran controlar los altos niveles de inseguridad. La población está en indefensión ante el accionar del crimen organizado, narcotráfico y delincuencia común. 

¿A qué se debe este incremento de la inseguridad? Hay varios factores. Uno de ellos es que el Ecuador se transformó en menos de dos décadas en un santuario del crimen organizado y un país procesador de alcaloides que cuenta con plataformas internacionales de distribución de narcóticos y caletas que son utilizadas como centros de acopio de cocaína. Otro factor es la presencia de dos protomafias brasileñas, dos carteles mexicanos y proliferación de megabandas que emplean armamento sofisticado para ejecutar sus acciones delictivas, asegurar los corredores de movilidad de alcaloides, la protección de los centros de acopio y un control a sangre y fuego de los territorios considerados santuarios de estas organizaciones. Una tercera razón es la falta de un sistema de inteligencia y contrainteligencia que prevean el accionar de estas amenazas.

La inexistencia de controles adecuados ha permitido que el tráfico de armas se incremente y permita suplir las necesidades logísticas para las organizaciones delictivas.


Tres rutas son las que facilitan el tráfico de armas munición y explosivos:

1.     La mas importante viene desde Chile, se incrementa en Perú e ingresa a Ecuador por Huaquillas hacia la provincia bisagra de El Oro. Ahí se ramifica en dos corredores: uno que se traslada hacia Guayas, Manabí, Los Ríos, S. Domingo de los Tsáchilas y Esmeraldas, para salir por pasos ilegales al departamento de Nariño en Colombia.  El otro corredor recorre la serranía ecuatoriana y atraviesa Azuay, Cañar, Chimborazo, Tungurahua, con una ramificación hacia Sucumbíos y luego al departamento de Putumayo. Por la ruta de la serranía se llega a otra provincia bisagra: Pichincha, donde se encuentra otra ramificación hacia Carchi que se divide en dos rutas más, una que va al Dpto. de Nariño y otra hacia Sucumbíos para pasar al Dpto. de Putumayo.

2.     La segunda es interna y se materializa desde los rastrillos de los cuarteles de la Fuerza Pública, en donde el personal es reclutado por organizaciones delictivas para que les provean de armamento.

3.     La tercera la constituyen las narcoavionetas que ingresan desde el exterior con armamento y dinero para entregar a las megabandas que trabajan para los carteles mexicanos. 

Durante los desplazamientos de las armas, una buena parte se quedan en nuestro país y son compradas por el mercado negro y vendidas o alquiladas a organizaciones delictivas (delincuencia común). Su costo depende de la oferta y demanda de las megabandas y su capacidad económica para adquirirlas. Los fusiles dependiendo de su marca y procedencia puede ser vendidos desde $7000 dólares; una pistola puede costar $3000. En algunas ciudades como Guayaquil, Santo Domingo, Manta, Esmeraldas, Quito, Lagoagrio, las armas pueden ser alquiladas para cometer delitos, los costos también fluctúan desde los 500 dólares los fusiles y 200 las pistolas dependiendo de la oferta y demanda.

La inacción de las instituciones gubernamentales solo ha generado más muertos, violencia e inseguridad, facilitando al crimen organizado mejores condiciones para continuar provocando terror, incertidumbre, caos y transformando al país en la nueva autopista del tráfico de armas.

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