LAS FARCRIM INICIAN EN ECUADOR UNA GUERRA ASIMETRICA
Crnl. MSc. Mario R. Pazmiño S.
Luego de
firmado el proceso de paz en Colombia con las FARC-EP que facilitó el tan
ansiado premio nobel de la paz a Juan Manuel Santos, Colombia queda sumida en
la incertidumbre política y la inseguridad democrática. Los escenarios apuesta
de posconflicto fueron mal planteados por el Gobierno de Colombia, dando menos
importancia a una realidad que estaba inmersa dentro del pensamiento del
guerrillero raso que siempre fue explotado y sometido por los comandantes
fareanos.
El
acuerdo de paz siempre pensó en dar beneficios a los miembros del secretariado,
comandantes de frentes o columnas, con el fin de que estos ejerzan una
influencia en los guerrilleros rasos, esto fue una falla garrafal.
La salida
del escenario geográfico y del control de áreas estratégicas en el proceso de
reinserción a la vida civil de las FARC-EP dejo un vacío que rápidamente seria
reclamado por diferentes organizaciones como las BACRIM (bandas criminales) y
el ELN, sin embargo otro actor surgía de ese descontento interno de la extinta
narcoguerrila fareana, serían las disidencias o grupos residuales que no
entregaron las armas e iniciaron su lucha ya no ideológica sino
narco-económica. Parte de los frentes 1, 5,17, 29,48, 17,32, 34, 58, 57, no
acogieron el llamado de Timochenco a entregar las armas, decidieron continuar
la lucha pero fuera de la férrea disciplina fareana y se convirtieron en una
mutación de las BACRIM las denominadas FARCRIM-EP (Fuerzas Armadas
Revolucionarias Criminales - Ejercito Popular).
Los
departamentos de Nariño y Putumayo donde se encuentran los centros de
producción cocalera más grandes de Colombia son el bastión operativo de estas
disidencias quienes cambiaron la lucha ideológica por los beneficios económicos
del narcotráfico. En la frontera colombo ecuatoriana se encuentran operando 14
grupos disidentes pertenecientes a las FARCRIM quienes en algunos casos se
fusionaron con las BACRIM existentes como las Guerrillas Unidas del Pacifico,
La Gente del Nuevo Orden, El Clan del Golfo, La Empresa, Organización Sicarial
del Pacifico, etc.
Otras
disidencias o grupos residuales están luchando por ejercer el control de estos
departamentos como los grupos Oliver Sinisterra, el grupo de John 40 por
citar los más fuertes en el área. Estas
estructuras prestan sus servicios a los nuevos carteles colombo-mexicanos que
controlan el tráfico desde Colombia y Ecuador.
Existe un
reacomodo de fuerzas en la frontera norte, los comandantes de las disidencias
tratan de imponer un liderazgo firme y altamente combativo contra las fuerzas
legales de los dos países, el objetivo es atraer a las disidencias débiles o que
estas busquen una alianza para protección o trabajo con el narcotráfico.
Ecuador se involucra en una Guerra Asimétrica.
El Estado
colombiano en la última década ejerció una fuerte presión sobre los cultivos de
hoja de coca, los laboratorios, cristalizaderos y los centro de acopio que
fueron los más golpeados, por lo que los carteles del narcotráfico comenzaron a
trasladar parte de su negocio ilegal hacia los países fronterizos generando lo
que se conoce como el “Efecto Globo”. Ecuador fue el que recibió el impacto más
fuerte, sus políticas de seguridad eran débiles, controles migratorios
ineficientes, corrupción estatal, justicia muy permeable al narcotráfico, sobre
todo el criterio errado de funcionarios gubernamentales para quienes el Ecuador
era una isla de paz y un país de tránsito, sin darse cuenta que el cambio de
estatus marcaba una nueva realidad en la geopolítica regional y mundial,
dejamos de ser una país de tránsito para constituirnos en un centro de acopio
de droga y plataformas internacionales de distribución.
La provincia
de Esmeraldas colinda con los más grandes centros de producción de Colombia
ubicados en Nariño, por citar solo un ejemplo, Tumaco tiene 23.148 hectáreas
que corresponden al 16% de la producción de coca de Colombia. En esta localidad
nace el Corredor del Pacifico que se proyecta por el litoral ecuatoriano y
llega hasta el departamento de Piura en Perú, por este corredor transitan
precursores, droga, armamento, munición, explosivos, etc., para los grupos
disidentes y las estructuras del narcotráfico internacional, si a
esto le sumamos la desatención gubernamental de los dos países en la frontera,
se crean las condiciones propicias para el desarrollo de las operaciones de los
carteles internacionales.
Los
últimos acontecimientos en la frontera colombo ecuatoriana específicamente en
la localidad de San Lorenzo provincia de Esmeraldas nos permiten ejemplarizar
lo expuestos; Una facción del Grupo Oliver Sinisterra liderada por alias
“Guacho” quien protege el corredor de abastecimientos y movilidad del Pacifico,
fue atacado por las Fuerzas Armadas y Policía Nacional de Ecuador capturando un
centro de acopio en esta localidad el día 12 de Enero como parte del operativo
“IMPACTO 13”, a consecuencia de esta acción fueron detenidos tres miembros de
la organización de “Guacho” y la captura de armamento, munición y explosivos
que se guardaban en esta caleta.
Es el
inicio de un sinnúmero de represalias que “Guacho” mando como mensaje contundente
al estado ecuatoriano, la colocación de un coche bomba en el cuartel de policía
de San Lorenzo, algo inédito en la historia ecuatoriana, es el inicio de una
guerra asimétrica con el empleo de métodos y técnicas atípicas con el propósito
de causar el terror en la población, tomar la iniciativa bélica en la zona,
obligando a la fuerza pública a reaccionar y no accionar como debería ser.
La
facción del Grupo Oliver Sinisterra que opera en el cordón fronterizo ha
ejecutado en dos meses y medio nueve atentados terroristas, tres
enfrentamientos armados, un secuestro selectivo dejando un saldo a la fecha de
cuatro soldados muertos, nueve heridos, tres periodistas secuestrados, además
de infraestructura afectada.
Ecuador el nuevo actor en el conflicto colombiano.
La guerra
asimétrica desatada por el grupo de “Guacho” contra el estado colombiano y
ecuatoriano, obedece también al acuerdo firmado en la VI Reunión Binacional
donde los dos países se comprometen a realizar operaciones militares conjuntas
contra estas nuevas amenazas vinculadas al narcotráfico, que utilizan el terrorismo como herramienta
de miedo en la frontera. La firma de este acuerdo implica que los enemigos de
Colombia hoy son también actores generadores de violencia en territorio
ecuatoriano.
Los
atentados terroristas no solo se han centrado en ataques a instalaciones
militares y policiales, han comenzado a marcar la radicalización de su accionar
afectando la infraestructura eléctrica en los dos países. Informes de
Inteligencia colombiana calculan que las disidencias podrían representar el 10%
del total de integrantes de las FARC-EP en todo el país. El grupo residual de
“Guacho” está constituido por aproximadamente 250 exguerrilleros con muy buen
armamento, equipo, munición y explosivos con capacidad ofensiva como lo han
demostrado en los enfrentamientos con la fuerza pública de los dos países.
Esta
guerra asimétrica se encuentra en su primera fase denominada “Marcación de
Zona” donde se trata de establecer los límites temporales de su accionar delictivo,
para luego de consolidar su poder e influencia en la misma pasar a una “Zona
Controlada” donde su accionar será de una mayor presencia armada mediante
acciones de enfrentamiento con la fuerza pública con empleo de acciones de
terrorismo selectivo a la infraestructura estratégica de la zona. Una tercera
fase denominada “Zona Dominada” que se caracteriza por el control total del
área, finalmente tendremos los “Santuarios” cuyo mejor ejemplo fue San Vicente
del Caguan en Colombia donde se podría definir como la creación de un estado
dentro de otro estado. Ecuador se encuentra mutando de la “Marcación de Zona” a
una “Zona Controlada”, las autoridades y la Fuerza Pública tienen al momento
encapsulado la amenaza de la disidencia de las FARCRIM.
La
respuesta dada por los Ministerios del Interior y Defensa no ha generado los
resultados esperados, su principal amenaza es el debilitamiento de sus Fuerzas
Armadas durante una década y la pérdida operativa del Sistema de Inteligencia
Militar, lo que ponen al país frente a un escenario negativo a corto y mediano
plazo.
Las
disidencias de las FARCRIM están midiendo las fuerzas con su nuevo adversario y
preparando una acción contundente contra su estructura estratégica que puede
ser: Torres de energía, el oleoducto o la refinería que se encuentran dentro de
su área de influencia e interés.
El país
requiere dejar las posiciones políticas e ideológicas a un lado y pensar que si
no actuamos como un solo puño nuestro destino será apocalíptico, creo que es
oportuno recordar el pensamiento del Gral. José de San Martín que
manifestaba:
“Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido,
excepto, no defenderla”.