domingo, 9 de agosto de 2015

“Un pueblo fraccionado y desinformado”, la estrategia de Correa

“Un pueblo fraccionado y desinformado”, la estrategia de Correa

Mario R. Pazmiño Silva

“Divide y reinarás” decía Nicolás Maquiavelo en su libro El Príncipe y eso es justamente lo que hace Rafael Correa en el país. Para este gobierno de la supuesta revolución que refundaría la Patria, no podemos llamarnos ecuatorianos sin primero identificarnos a qué corriente ideológica pertenecemos (izquierda, derecha o centro). Esta división es fundamental para enfrentar a la sociedad entre sí, mientras el gobierno busca alternativas para paliar la crisis económica y social que existe.

Con el aparato propagandístico gubernamental que está en funcionamiento es fácil culpar a la partidocracia de todos los males habidos y por haber del país y no mencionar que Alianza País lleva casi nueve años en el poder. 

La estrategia de Rafael Correa, un caudillo populista mal llamado socialista, entonces, es el enfrentamiento entre ricos y pobres, indios y mestizos, militares, policías y pueblo, costeños y serranos, izquierda y derecha… Todo grupo social que presente un indicio de discrepancia con la política gubernamental tiene necesariamente que ser dividido.

Correa, sin duda, ha dividido al movimiento indígena y a la oposición. Les ha insultado y descalificado, pero también ha creado organizaciones paralelas para desmovilizar a sindicatos, maestros, estudiantes, jubilados, médicos, militares y policías..., pero también para intentar generarse más apoyo. ¿Acaso no hemos visto los llamados desesperados para que le defiendan de un supuesto golpe blando, de intentos de derrocamiento y conspiraciones maquiavélicas? 

Este triunfo de Correa también es responsabilidad de los ecuatorianos. Hemos caído en el juego de poner por delante nuestras diferencias ideológicas. Antes, lo primero era nuestra Patria, nuestro Ecuador, en donde nacimos, el país que nos cobijó.

Somos testigos de la destrucción de nuestro país, de ahí que es imperioso dejar esas divisiones que nos separan y pensar en salvar lo poco que nos queda, desde una perspectiva nacionalista.  Esto implica definir nuestros objetivos y prioridades como país.

Para ello, los partidos políticos son importantes, a través de ellos construimos la democracia, recogemos los criterios diversos de una sociedad, los procesamos.   Es el momento de unir fuerzas y no desunir, de extender la mano a todo hermano ecuatoriano que quiera cambiar nuestro país. Recordemos la frase del Gral. José de San Martin: “Cuando la Patria está en peligro todo está permitido excepto no defenderla”. 
  

De seguir por el camino trazado por Correa, lamentablemente podremos llegar al enfrentamiento entre hermanos. En ese escenario no importa si hay heridos o muertos, solo interesa perennizarse en el poder y mantener su supuesta lucha revolucionaria. ¿Lo permitiremos?

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