El shamanismo el oráculo del populismo
socialista
Mario R. Pazmiño
Silva
Coronel ® del
Ejército Ecuatoriano
El shamanismo fue una parte fundamental de la cultura de los pueblos
ancestrales del continente, y jugaron un papel clave en la estructuración de
los entornos político, militar, económico y social. Desde hace algunos años,
estas prácticas han sido retomadas, no solo para atraer a los indígenas hacia
los políticos, sino como una vía para buscar legitimización.
Es así como los shamanes se
han constituido en consejeros, guías espirituales y oráculos de algunos
presidentes latinoamericanos, como una muestra de la importancia que les han
dado, los mandatarios electos buscan su aprobación y protección, a través de
ceremonias simbólicas previas a sus posesiones donde pueden incluso utilizar
plantas como la ayahuasca, también conocida como yagé, que contiene un fuerte
alucinógeno para que el shamán o el protegido puedan entran en trance y tomar
contacto con los espíritus ancestrales.
Lenin Moreno y Rafael Correa en ceremonias shamanicas
Los gobiernos del socialismo
del siglo XXI son los que más han utilizado estas prácticas esotéricas. Frente
al Consejo de Shamanes han circulado, en el caso ecuatoriano, Rafael Correa o
Lenin Moreno para buscar purificaciones y alcanzar el reconocimiento de las
organizaciones indígenas.
Pero también se ha pedido
por el bienestar de otros mandatarios, como Hugo Chávez: ante la tumba del
pintor Oswaldo Guayasamín y con la presencia del agente “ILIADA” (un traidor ecuatoriano
que trabajaba como espía para Cuba), el 10 de enero del 2013, se realizó una
ceremonia shamanica, pidiendo por la salud del presidente venezolano.